17 de agosto de 2010

Ni lo intentes, no sabes volar, tus alas son sólo oníricas.
¿Acaso no recuerdas tu cicatriz? tu cicatriz te recuerda que no sabes volar, no lo olvides, ya intentaste desde muy temprano los imposibles.
No extiendas tus brazos, extiende tu mente.

Anoche volviste a tener pesadillas por culpa del sueño del caracol, ¿verdad?,
has dicho muchas veces que hablarías de ese sueño, quizás otro día que hayas dormido bien.
Has sido atacada por velas que formaban un corazón, por escapadas a Nunca Jamás en las que el gato Cheesire nunca te esperaba al té mientas te sonreía desde alguna estrella, por cajas de cuadros verdes que abrían la boca para engullirte, textos de libros advirtiendo, canciones remotas que no llegaron a ser ningún éxito.
Has descubierto fotos tuyas en un cajón olvidado, un ancla en la primera playa de tus recuerdos, unas manos siempre más cálidas que las tuyas.

Te has despertado envuelta en sudor.
No has entendido nada, y sin embargo absolutamente todo te decía algo.
No puedes volar sin aterrizar, pero quizás con un breve aleteo consigas el huracán con el viento a favor.


Aurora




No vomito aquí mi alma para que otros se adueñen de ella.

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