28 de octubre de 2009

Nos acariciamos con la voz


Nos gusta acariciar "la" canción.
A veces coge su guitarra y yo modulo la voz.
Y siempre que podemos la escuchamos en directo.
Esta canción nos acerca, sabe de nosotros más que cualquiera.


Ver que ya no piensas en mi

Que ya no crees en la gente

Que tomas pastillas rosas

Y te has vuelto nihilista.


Y sueñas con no soñar.


Entraría en tu luz

Con una canción sencilla

Tres notas y una bandera

Tan blanca como el corazón

Que late en tu cuerpo de niña


Estaría tan lejos de ti

Que ya no recuerdo el momento

En que te dije por última vez

Que el cielo se está abriendo

Y se abre bajo tus pies


Y quiero que vengas conmigo

A cualquier otra parte

A cualquier otra parte

A cualquier otra parte


Ver que no sabes decir que no


Que vivo en pisos oscuros

Y tengo 2.000 razones

Para olvidarme de todo

Y no pensar más que en tu voz


Entraría en tu luz

Con una canción sencilla

Tres notas y una bandera

Tan blanca como el corazón

Que late en tu cuerpo de niña


En las sombras

Te recuerdo

En las sombras

Te recuerdo

26 de octubre de 2009

Así nos conocimos


Le pedí con tanta insistencia a mi padre que me hiciera un dibujo, que creo que por no oírme más, acabó accediendo.

Alguna vez husmeando por sus libros y cuadernos de estudiante, me había quedado maravillada descubriendo algunos dibujos, eran simples trazos hechos con tinta o lápiz, algunos eran bastante antiguos, la mayoría eran árboles, olivos casi perfectos.
Cómo me hubiera gustado poder dibujar esos olivos con tanta facilidad y que me quedaran hechos un primor.

Ya casi estaba terminando el dibujo, "mi" dibujo, que no sólo era especial porque era mi padre el dibujante, sino porque me moría de ganas por saber si me había hecho uno de esos olivos que tanto me gustaban.

- Ya está. (me lo extendió.)
- Fírmalo, por favor! (sin querer mirarlo aún)

Mi padre sonrió y meneó la cabeza en una mueca, entre la modestia y el orgullo de que le pidieran un autógrafo como un gran artista.
No sé cómo describir la sensación que me produjo al ver lo que había plasmado en el papel, esta vez no era ningún árbol ...
eran dos gaviotas, una ligeramente más grande que la otra, volando casi ala con ala ...
Me quedé mirando a mi padre, y creo que fui consciente de que nunca nos habíamos conocido tanto como en aquel momento.
Aurora

25 de octubre de 2009

El eco de una risa pasada


Ayer algo me hizo recordar el sonido de mi risa años atrás, recordé lo traviesa que era (ya apuntaba maneras) siempre acababa con las rodillas llenas de heridas.
Iba al campo y comía flores, me subía a los árboles como si fuera un mono, y los árboles eran mis amigos, o era mi barco, o mi guarida.
Y de noche, veía luciérnagas donde nadie más las veía, y soñaba con ser como Pipi Lanstrumg, tener un baúl lleno de monedas de oro para comprarme las tienda de chuches entera.
O explorar el mundo y encontrar botellines de limonada en los troncos huecos de los árboles.
O encontrarme un botón en el suelo y hacerlo mi amuleto, como un tesoro.
Recordé como hablaba con los animales y creía que me entendían.O aquella vez que en mi delirio imaginativo creí posible volar, y de recuerdo tengo una bonita cicatriz en la barbilla.
He recordado esa risa ... y aún oigo el eco.
Aurora

Sueño, no lo estoy.

Hay veces en que sueño y no duermo.
Otras duermo sin soñar.
Algunas veces los sueños me muestran la realidad que no puedo ver con la mente entaponada.
Y ¿sabes? yo sueño, y lo estoy, tanto o menos, o más que cualquiera.
Y si tú no alcanzas a leer mi letra pequeña no me culpes de no saber deletrear.
No me busques un sentido, no existen.
No recuerdo cómo ni cuando, pero he viajado años luz de mi galaxia y he visto otras estrellas en otros ojos, y he gritado tan fuerte y tan por dentro, que jamás nadie me escuchó.
Así que soñé, y soñé tanto, que cuando desperté ... tú aún seguías durmiendo.




Aurora

Corazón de Mantequilla



No sé que hacer, me siento hueca.
Mis gestos y mi firmeza parecen inútiles.
Por favor, si pudieras comprenderlo ...
aunque no lo aceptes, ni lo respetes.

Me duele el alma y las tiritas ya no valen.
Esta noche nos amaremos y seremos felices,
pero mañana volverán las tormentas y olvidaremos el calor.

Amor, pan de hoy, hambre de mañana.

Nos iremos con el estómago lleno,
pero el corazón roto.

No soy tan fuerte y mis pies se volvieron independientes.
No quedan esperanzas, es cruel que creas en ellas.
No nos hagamos más daño, no alarguemos la agonía.

Debería haber tenido más voluntad y no convertir esto
en algo cirquense, en algo absurdo.
Porque no crees que esta vez es la de verdad.
Que esta vez lo que queda para salvar no es suficiente.

Es tanto el dolor ...
aunque me veas impasible y creas que voy de dura ...
no se puede ser dura con el corazón de mantequilla.



(Marzo 2007)
Aurora